17 de diciembre de 2005

King Kong: este mono anda sin navaja...

"Más peligroso que mono con navaja" reza el popular dicho. Si hasta hicieron una película con ese nombre -malísima por cierto-. Tratándose de King Kong -"la octava maravilla del mundo"-, iba con el ánimo muy grande para verla. Así llegue al cine. La trama de la película es casi igual a la del '33: un cineasta, Carl Denham (Jack Black), no consiguiendo el dinero para seguir con su producción, comienza una frenética carrera por conseguir una actriz, Ann Darrow (Naomi Watts) y un barco para ir a filmar a una misteriosa isla de la cual sólo existe en un mapa que él tiene. El tiempo apremia, pues, si no zarpa esa noche, tendría graves problemas al tratar de engañar a los productores. El film empieza bien: los hechos se suceden rápido, y los 45 minutos prometían con una película llena de acción. Y también de humor, porque hay varias partes en que las escenas generaban risas entre el público asistente a la sala -que menos mal que era más bien adulto, y casi sin niños chicos-.

Pasaban y pasaban los minutos, llegando casi a la hora y media. -"¿Y donde diantres está King Kong"?- me preguntaba una y otra vez. Hasta que apareció el imponente simio, en esa misteriosa isla. Y luego de eso, la película "guatea": hay escenas en la selva de la isla que están demás, varios momentos de silencio en que me invadía una sonmolencia espantosa. Impresionante, eso si, son los efectos especiales: todos los animales de aquella selva se ven, simplemente, magníficos. Y ahí vemos una de las 2 escenas clásicas de esta película, y que están inmortalizadas en la historia del séptimo arte: King Kong salvando a la actriz de varios dinosaurios que la querían atacar, como un simbolo de machismo -o animalismo, si lo prefiere- puro. Pero la película guatea, en mi opinión, por las escenas en silencio que están de más o son demasiado largas -se me viene a la mente la de la actriz, Ann, cuando está sola con King Kong-.

Luego, suponiendo que a estas alturas, da lo mismo que cuente el final, si todos saben quien es King Kong, la película termina con el mono encaramado arriba del Empire State de NY, siendo abatido por los aviones, que es la otra escena clásica de esta película. Para mí, las buenas películas son las que no me aburren, y siempre me dejan con gusto a poco. No me pasó así con este mono, que despúes de 3 horas de film, quería irme a mi casa. Si bien la trama, las actuaciones, y los efectos están demasiado buenos, como ya dije, la película cae en momentos aburridos y "mamones", cuando uno esperaría, de King Kong, un poco más acción. Por eso, digo que esta no es la mejor película de este año, y tampoco es la 8va maravilla del mundo. Y definitivamente, este mono anda sin navaja.
Nota: 5.8

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