3 de enero de 2011

Dichato: 10 meses después

Ayer domingo, fuimos a una de las localidades más golpeadas por el tsunami -no anunciado por el vilipendiado SHOA- del pasado 27/02: Dichato, ubicada a unos 40kms al norte de Concepción. La visita tiene objetivos encontrados, y obviamente, existe algo de morbo en ir para allá. Pero también el "turisteo" sirve para ayudar a la alicaída economía local. Tuvimos la "suerte" de estar allí para la fuerte réplica de 6,9° Richter, que causó pánico en las costas de la VIII y XIX regiones. Y entonces, ¿que hay allá, a 10 meses del maremoto?

De partida, justo antes de entrar a la ciudad, existe una villa de mediaguas bien mantenidas. Claro, a pesar de que estas casitas están bien ciudadas, y urbanizadas (con luz, agua potable y algunas hasta con TV satelital), espero que estas familias sean parte de los más de 250.000 subsidios del Gobierno. Está más que claro: esas construcciones tienen una vida útil de 2 años, y ya estamos a mitad de camino.

Al llegar al plano de la ciudad, se nota una localidad que aún siente las marcas de la tragedia: casas deshabitadas y otras construcciones que se mantienen en pié, pero que ya denotan el paso del tiempo. Vaya a saber uno si esas casas están sin moradores porque tienen daño estructural, o la gente que allí residía se fué por miedo. Además, hay varias construcciones modulares (tan de moda, que hasta cárceles de este estilo fueron anunciadas hace algunas semanas), como una especie de mercado, en donde funcionan varias cocinerías en su interior (y con empanadas de mariscos y quesos bien buenas...un poco caras y chicas eso si: $700 y $350 respectivamente). Pero desde afuera, se ven bastante bien.


Sin embargo, al llegar justo al borde costero, es donde se ven las imágenes más dramáticas: casas totalmente arrasadas. En algunos casos, es posible distinguir una cocina, un baño o un dormitorio (restos de un WC, un refri, o colchones deshilachados aún están allí). En otras partes, sólo quedan los cimientos de lo que fue el hogar de alguna familia. Lo que más llama la atención son la decena de rayados entre las ruinas, las cuales repiten sólo una frase: "Dichato no se vende". Es la forma de los propios vecinos de expresar su molestia frente al Gobierno por el plan de expropiaciones que se está estudiando para el borde costero de esta localidad. A pesar de lo anterior, Dichato se levanta: se ve bastante vida en la playa del pueblo, existen pequeños negocios y restaurants que venden las típicas empanadas. Y hay lo que todo balneario popular que se precie del tal debe tener: una feria artesanal.


Estabamos tirados en la playa, disfrutando de la agradable tarde dichatina, cuando viene una de las más fuertes -y largas- réplicas de los últimos meses, con 6,9° Richter. La gente aún tiene miedo, y la playa queda automaticamente desocupada, gracias al "plan de autoevacuación" -como dijo Piñera más tarde en la ONEMI-. "Si viene un maremoto, la Armada ya habría hecho sonar las alarmas" dijo muy tranquilamente el caballero de las empanadas. Con la misma fé que tenían los mismos dichatinos la noche del 27/02. La misma que ahora no existe y hace que la mayoría los vecinos "autoarranquen". Por si las moscas.

1 comentario:

  1. mish! le pegai a la custión! se lo enviaré a Larry para comentar.
    Abrazos!
    PAty

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