La Tiendita de Slayer

Al Rojo Vivo...¿o Muerto?

Corria una calurosa tarde de diciembre del 2002, y por las pantallas de TVN, se emitía un experimento que, en cuanto lo vi, hice mis predicciones: el programa sería un exitazo, o se iría directo al tacho de la basura. Estoy hablando de Rojo, Fama Contrafama. Claro, todos ahora saben que ocurrió lo primero.

En un principio, era una novedad en las 525 lineas chilenas: ver a unos perfectos desconocidos, mostrando su talento en TV, y compitiendo por un disco, por un auto, o un departamento. La idea era tan original y buena, que destronó al pasquín televisivo llamado Mekano -una porquería de programa, en mi opinión-, pero al que sí se le puede reconocer una cosa: se ha reinventado una y otra vez. Si hace 2 años, fué el axe, hoy es el reggaetón. Algo que no pasó con Rojo. Después de 3 años y algo más en pantalla, creo que la formula se ha agotado.

Yo me acuerdo que estuve pegado en la pantalla viendo si ganaba María Jimena, o Leandro Martínez. Como no recordar la pataleta de Pablo Vargas -que ahora lo tienen guardado en alguna bodega de TVN, pagando sus culpas- cuando Rodrigo Diaz ganó en esa final. Pero en eso se quedaron. Aunque le pusieron Internacional, o le agregaron el De Chile, es el mismo Rojo de siempre. Da la impresión de que no ha evolucionando en estos 3 años. La competencia tiene la misma mecánica del principio, el jurado hace lo mismo...y se sigue con los bailarines y cantantes. Me pregunto: ¿qué pasó con el casting de futbolistas que alguna vez contó con el apoyo del mismisimo Bam Bam Zamorano? ¿Que pasó con el llamado a humoristas para que se presentaran en el canal?

Ahora, que alguien me diga si puede reconocer a alguno de los nuevos concursantes si lo ve comprando papas en el supermercado -a propósito, ¿quién dijo que la papa era peruana?!-. No, creo que nadie lo reconocería. Es que ya nos tienen saturados con tantas generaciones. Y los que pudieron ser famosos, son los de las primeras, porque claro, fueron ellos los que "iluminaron" el camino.

Rafa Araneda: es mejor terminar ahora con Rojo, ser recordado como el Tío Conductor y como el animador que salvó las tardes de TVN, que seguir dándole como tambor indio a Rojo, y pasar al olvido.